Cuando Max me pidió pololeo fue la sorpresa más linda que me pudo dar. Llevábamos saliendo casi tres meses y aún no se pronunciaba con sus intenciones, ni daba señales de que lo nuestro no era solo algo pasajero, sin embargo, un viernes 10 de agosto tomó coraje y decidió que lo mejor era replantearnos la relación y “formalizar” a su vez, el nombre de la misma.
Ese día desperté temprano, era mi primer año de universidad y me encantaba ser la primera en llegar para buscar el mejor lugar, uno donde pudiera escuchar sin problemas -es decir, lejos de los conversadores- y donde nadie me tapara la proyección de las diapositivas. Sí, bastante nerd. Pero eso no era todo, el hecho de llegar temprano no sólo me ayudaba a conseguir la posición más estratégica, sino que además nos servía para ponernos al día con mis compañeras.
Recuerdo que ese día almorzamos a las 12 para continuar el “copucheo” hasta entrar a clases –alrededor de las tres de la tarde-. Como acostumbrábamos durante los tres meses que veníamos saliendo, a esa hora hablamos unos diez minutos por teléfono y acordamos como siempre, juntarnos en el terminal para viajar juntos hasta Rancagua –ambos estudiábamos en Santiago, pero nuestras familias estaban en Rancagua-.
Así las clases terminaron y regresé a mi departamento a arreglar el bolso y juntarme con el que hasta ese momento era mi “andante”. Compramos los pasajes –asientos 45 y 46-, nos subimos al bus y ahí partió todo. Comenzó hablando de lo bien que lo pasaba conmigo, de lo mucho que le gustaba a sus amigos y que poco a poco me había aprendido a conocer y esperaba seguir haciéndolo, pero ahora en plan de pololeo.
Muy linda la historia hasta que llegamos al año de pololeo. Cuando partimos la relación acordamos que no celebraríamos con regalos todos los meses que pasáramos juntos, y que solo celebraríamos las fechas importantes como los cumpleaños, navidad y los años de pololeo que cumpliéramos. Como éramos estudiantes la idea fue tomada con gran alivio, ya que entre las fotocopias, la movilización y la comida para la semana, el capital para el tiempo libre y actividades misceláneas disminuía notablemente.
Faltaban dos semanas para cumplir el año de pololeo y mis ahorros no llegaban ni a los siete mil pesos. Comencé a preocuparme porque Max había conseguido trabajo para los fines de semana y, obviamente tendría más plata ahorrada que yo. Sin embargo recordé que hace algunos años –varios en verdad-, una amiga del colegio me contó que para los aniversarios con su pololo, no compraba nada en las típicas tiendas, sino que iba a los Outlets o bien ella misma hacía los regalos.
Si bien ya estaba grandecita para anda jugando con plastilina y papel lustre, opté por crear yo misma un regalo. Primero comencé con una tarjeta. Agarré un pedazo de cartulina que tenía de otros proyectos, lo corté, doblé y “amononé” para escribirle una simpática carta, entre romántica, graciosa y subidita de tono. El humor era algo que caracterizaba nuestra relación, así que moría por verle la cara cuando la leyera.
Luego pensé, no será muy rasca regalarle solo una tarjeta, cuando sabía que el regalo que Max podía darme equivaldría el doble o triple en dinero. Entonces volví a quedar como en un principio, sin nada claro. Recordé la idea de los Outlets y partí a Irrarázabal. Ahí encontré varias tiendas de ese estilo, entre ventas de bodega, liquidadoras y más.
Si bien ya tenía el detalle romántico –la carta-, ahora faltaba algo más contundente y qué mejor que un par de zapatillas de baby fútbol, ya que las que él tenía estaban parchadas hasta con masking tape. Entré a varias tiendas y por fin en una encontré unas zapatillas tricolores que estaban en $12.000 más un descuento del 60%, es decir $4.800 pesos por un par de zapatillas Reebok. Notable.
Así como yo aprendí a ahorrar para hacer regalos de aniversario o regalos de navidad, en Santiago las opciones son bastante variadas. Algunas de las tiendas más baratas las puedes encontrar en Irrarázabal, Patronato –barrio recoleta-, Meiggs, Estación Central, Américo Vespucio –outlets-, Av. Perú, Apoquindo, etc, incluso ir a comprar te sirve como panorama para pasear en bicicleta… Además ahora puedes encontrar distintos descuentos en páginas web como por ejemplo los de Groupon.cl, Cuponix.cl, Divinodescuento.cl, Cuponatic.com, Queremosdescuentos.cl, Cuponatic.com, Fulldescuento.cl, ofertasydescuentos.cl, benditodescuento.cl, Ofertamania.cl, Grupalia.com, Letsbonus.com, Pupo.cl, ganeselo.com, entre muchos otros.