Ahorrar no es tan solo destinar parte de nuestros dineros mes a mes para un fondo que ocuparemos a futuro. Por el contrario, ahorrar es también recortar ciertos gastos superfluos que parecen ser imprescindibles, como comprar un auto nuevo en vez de uno usado en buen estado o comprar ropa para tu primer hijo en internet, en vez de la tienda.. Un sin fin de cambios que no notas hasta que decidimos revisar nuestras finanzas seriamente. De todos los consejos disponibles en internet, uno de los que más me llamó la atención teniendo en cuenta lo obvio que suena es el que dice que no debemos gastar en cosas que podemos obtener gratis. Suena bastante redundante sugerir el no gastar dinero demás con el fin de ahorrar, pero ¿estamos realmente conscientes de las veces en que gastamos en algo que puede ser gratuito?
Un ejemplo decidor que, en lo personal, me llevó a tomar este consejo en serio es la cantidad de veces que preferimos llamar a un contacto en vez de enviar un mensaje a través de WhatsApp. Muchos dirán que no es lo mismo escribir que escuchar a alguien; sin embargo, las herramientas existen: si no es WhatsApp pueden ser llamadas por Skype, Facetime o cualquier otro medio gratuito al alcance de nuestra mano.
Dentro de los consejos que pueden resultar viejos pero que no los hemos pensado como deberíamos está el utilizar listas. Muchas personas dirán que ahorrar no es para ellos porque prefieren gastar en lugar de restringirse día a día para tener dinero a futuro. No obstante, el verdadero propósito de un buen ahorro es terminar con las compras impulsivas y evitar llenarnos de objetos que no nos sirven o que no necesitamos ahorrando dinero en el proceso. Un ejemplo claro de la utilidad del hacer listas es el supermercado.
Es bien sabido que las grandes cadenas utilizan diferentes triquiñuelas a la hora de hacer que sus clientes compren más de lo necesario. Es fácil tentarse al ir sin un propósito fijo y al pasear dentro del supermercado encontrándose con cientos de productos que parecemos necesitar. Sin embargo, para no caer en las trampas de los grandes comercios y de nuestra impulsividad, es bueno saber gracias a las listas qué necesitamos y ceñirnos a eso.
Finalmente y aunque suene extraño, es importante tomar en cuenta nuestras propias emociones a la hora de utilizar nuestro dinero. Comprar cuando se está muy feliz o por el contrario gastar dinero casi como una forma de consuelo cuando se está triste por supuesto nos generará mayor gasto y acabaremos acumulando cosas que no necesitamos. Lo mismo sucede si obtenemos un ascenso o un dinero extra y buscamos enseguida en qué gastarlo.
Nadie sugiere que cada ingreso de dinero que tengamos lo guardemos para un futuro incierto pero sí es sugerido, no por mí, sino que por expertos el hecho de que es mejor gastar con la cabeza fría y consciente de lo que hacemos para evitar gastos superfluos. La fórmula mágica para ahorrar no existe, pero basta con hacer unos cuantos cambios a nuestra vida diaria como lo es incorporar listas o comprar “en frío” para que podamos hacer unos cuantos recortes a nuestro presupuesto.